miércoles, 9 de julio de 2014

3.

Llegué a casa media hora después. El autobús había tardado menos esta vez porque no se subió mucha gente e incluso pudo saltarse alguna parada.
Estaba cansada y eso que el día no había sido para nada ajetreado sin embargo, tenía ganas de quedar esta noche con Noelia. Hacía tiempo que no salíamos las dos solas y así podría contarme un poco mejor todo eso de Martín.
Yo no sabía más que lo que ella me había contado en algún intercambio y lo que había podido sonsacarle.
En ese aspecto es verdad que Noe era muy pero que muy discreta. Si tenía algo por ahí no nos enterábamos a no ser que nos lo contara.
En cambio, cuando a mí me gustaba alguien parecía que todos lo veían. Mi cara era totalmente transparente con respecto a mis opiniones. Si me gustaba alguien y me hablaba me ponía roja. Si me guiñaba alguien el ojo me ponía nerviosa. Si me caía alguien mal mi cara lo reflejaba. Si se metía conmigo el Bigotes... En fin. Y como además soy muy de payasadas me tiro el día haciendo muecas. En ese aspecto mi cara es el reflejo de mi alma y no podía ni puedo evitarlo.

-Mamá ya he llegado. - dije mientras tarareaba una canción de James Blunt.
-Te he dejado un poco de comida en la encimera de la cocina.
-¿¿¿Ya habéis comido???? Que no me gusta comer sola, jope. - protesté.
-Es que tu padre ha llegado antes y teníamos hambre. Por cierto esta tarde vamos a visitar a nuestros amigos de Algete. Te quedas sola, ¿vale?
-Síiiiiiiiiiii mamáaaaaa - solté poniendo mala cara.

Odiaba comer sola. Era de esas cosas que siempre me habían parecido tristes. Comer solo. Tan solo decirlo ya sonaba triste. De hecho, me daba muchísima pena esa gente que en la facultad tenía que comer sola. Alguna vez le dije a mis amigas, en broma claro, de sentarnos al lado de alguno y ver qué pasaba.
Acabé al rato de tomarme el pollo y el postre y me fui a mi cuarto. Encendí el ordenador y abrí varias ventanas. Una para facebook, otra para twitter y en otra Spotify. Era mi rutina diaria. No me gusta admitirlo pero, creo que no sabría qué hacer sin esas dos redes sociales y sin música. Haciendo que suene dramático...Me moriría. No sería capaz de estar sin escuchar a Guns N' Roses, The Fray, Lady Gaga, Pablo Alborán y todo esos artistas que hacían de mi gusto musical algo variado.

Ops, tenía una nueva solicitud de amistad en Facebook. Se me abrieron los ojos como platos y el corazón empezó a latirme más rápido. Carlos me estaba pidiendo que lo agregara. Por mi mente pasaron todas esas fotos que podría ver suyas cuando quisiera y en definitiva las mil maneras de cotillearle toda su vida. Acepté sin pensarlo dos veces. Luego caí en que él también podría ver las mías y me arrepentí de no pensar las cosas dos veces. Aún así merecía la pena totalmente.
Me estaba flipando demasiado con él y solo lo conocía de un maldito día. ¿Qué me estaba pasando?

Llegaron las diez de la noche sorprendentemente rápido. Me puse unos vaqueros largos ajustados, una camisa azul con la espalda de encaje y me maquillé un poco. Nunca lo hacía en exceso porque sería hipócrita con mi propia opinión. Cambiar tu cara por completo gracias al maquillaje me parecía una gilipollez, pero no por eso iba a ser menos coqueta.
No salíamos de fiesta así que pasé de los tacones y me puse unas sandalias nuevas que tenía.
Mis padres aún no habían llegado y se me olvidó decirles que iba a salir un poco esa noche así que decidí escribirles una nota para que no se preocuparan y que cogía el coche para poder volver luego.
No les gustaba dejarme el coche por las noches porque no querían que bebiera por cualquier motivo y luego condujera. Sabían que era responsable pero claro, se sentían mejor previniendo. Aún así, esa noche no estaban y por tanto, no había excusas.

Llegué al sitio en el que había quedado con Noe diez minutos antes por lo que me senté a esperarla. Menos mal que llegó puntual. Decidimos cambiar de bar de tapas e innovar un poco.
Acabamos entrando en un garito que por fuera no llamaba excesivamente la atención pero por dentro estaba bastante cuidado y renovado.Se llamaba El Nogaste, y en contra de todo pronóstico estaba bastante lleno. Tenía las paredes de color anaranjado y las luces generales eran cálidas pero sin ser muy luminosas, lo que le daba un toque más íntimo.
Un camarero muy atento y simpático nos consiguió una mesa para dos en poco tiempo. Nos sentaron entre una pareja empalagosa y un grupo de 4 chicos que nos estuvieron mirando desde el momento en que entramos.

-Qué incómodo. - me dijo Noe sonriendo - ¿Has visto cómo miran?
-Sí. A lo mejor les has gustado. Ah no, perdona, que ya tienes novio. - la piqué claramente.
-No es mi novio y lo sabes.
-Sinceramente no, no lo sé. - Me reí - Me lo vas a contar todo ya o qué.
-¿Qué les apetece de beber? - nos preguntó el camarero simpático.
-Coca-cola.
-Para mí otra, por favor. - coincidí.
-En un momento os la traigo.

Me sonrió. Sí que era un camarero simpático pero, ¿tanto? A lo mejor le había gustado, empecé a desvariar.

-Tía, hoy te has puesto muy guapa. ¿A quién vas a ver?
-A mi amigo el imaginario si te parece jajaja. Ey, no me desvíes del tema. Quiero saberlo tooodo. TO-DO.
-Está bien. ¿Por dónde empiezo? - intentó hacerse la interesante.

''Lo conocí en la piscina hará un par de semanas. Sabes que siempre voy allí los Martes y que nunca hay nadie. Pues ese día estaba él. Al principio pensé que era monitor por la forma que tenía al hablar con todos los demás y fui a preguntarle si podía escoger otro material con el que hacer mis ejercicios.'' ''Lo estoy viendo todo, si es que empieza ya como una historia bonita.''

Nos trajeron la bebida ya con las tapas y todo.
-Aquí tenéis las bebidas. Y una tapa especial para las chicas más guapas que han pisado esto hoy.
Estaba claro que era una forma de asegurarse clientes. Adiós sueño de camarero guapo.

 ''Total que la vergüenza que me dio, en serio. Imagínate. Al principio se rió de mí. Me dijo que sí y que cuál me traía. Yo no sabía cuales había y lo acompañé al armario del material. Y estando allí va y me dice que no tiene la llave. Yo me extrañé y me dice, es que no soy monitor. Solo soy alguien que ha venido a nadar un rato. Claro, mis colores subieron como la espuma. Y él empezó a reírse. Me dijo que se llamaba...'' ''Martín. Creo que es lo único que sé de él. A parte de que es más alto que tú y por lo que me acabas de contar, que es jodidamente perfecto.'' ''Tú exagera más Marta, no me hagas reír anda. Y ya pues lo veo todos los Martes en la piscina. La verdad es que es muy simpático y tiene tema de conversación para todo.'' ''¿Pero entonces estáis saliendo? ¿Váis en serio?'' ''No me quiero emocionar ni creerme cosas que no son pero creo que le gusto bastante.'' ''Chica no me hagas reír, eso lo veo hasta yo y no me sé la mitad de la historia.'' ''El Martes pasado, anteayer, me preguntó que si quería ir al cine con él este fin de semana. Es la primera vez que vamos a quedar fuera de la piscina. Y estoooooooy nerviosa. Mucho. Muy muy muy mucho.'' ''No lo estés, en serio. Te conozco solo de lo que llevamos de curso y te puedo asegurar que eres de las mejores personas que tengo en mi vida. Sólo con tu personalidad ya lo vas a enamorar. Si es que no lo está ya.''

Me dio un codazo y empezó a ponerse roja. Se lo había dicho totalmente en serio y porque además quería animarla. Se veía que le gustaba un montón y me alegraba por ella. Se la veía feliz. Supongo que era la ilusión de gustarle a alguien que a ti también te gusta. ¿Alguna vez sentiría eso?
Tras terminar la segunda ronda fuimos a pagar.

-Anda 1.50 cada bebida. Es súper barato.
-Claro, ahora entiendo el nombre del bar. El No-Gaste. Tiene gracia. - me reí.

Teníamos pensado ir a dar una vuelta por el centro. De noche pasear por Madrid era todo un placer. Había gente de todas las edades caminando sin prisas, las luces eran más bonitas y cálidas, y el fresco rozándote en la cara y removiéndote el pelo era todo un placer. Me encantaba Madrid de noche.
Pero antes de salir por la puerta alguien nos llamó. Me giré y vi a los chicos de la mesa de al lado haciendo gestos. No veía de lejos así que no le di importancia y salimos por la puerta. Uno de los chicos salió detrás nuestra.

-Eh, esperad por favor.
-¿Pasa algo? - se decidió Noe a preguntar.
-No, es que mis amigos y yo queríamos invitaros a tomar algo. ¿Os apetece o tenéis ya planes?
-Para nada. Osea que para nada tenemos planes, lo de apetecernos... - miré a Noe como preguntándole qué quería hacer. - Si nos invitáis de verdad... - le sonreí.
-Yo soy Javi, encantado - me tendió la mano. - Encantado. - se giró hacia Noe.

¿Qué había pasado con eso de presentarse con dos besos? Ahora un apretón de manos era suficiente para ellos.
Salieron sus amigos del bar riéndose a carcajada limpia mientras nos buscaban a los tres con la mirada.

-Coño, creíamos que no habías conseguido pararlas - se rieron.
-Muy graciosos, por favor. - He hizo un gesto señalándose a sí mismo. -Por cierto no me habéis dicho vuestros nombres. -Se dirigió a nosotras.
-Ah, perdona. Yo soy Noelia.
-Y yo Marta. Encantada.
-Yo soy Óscar.
-Yo Ricardo pero me podéis decir Ricky o Ric, lo que prefiráis.
-Y yo soy Julio.
-¿Entonces os venís con nosotros? Vamos en busca de un pub. - Nos preguntó Javi.
-Tampoco nos podemos quedar mucho rato. - dije - Mañana tenemos clase.
-¿Qué carrera estudiáis? Porque el curso se ve a leguas que sois de primerillo. - Nos chinchó Ric.
-¿A leguas? Estudiamos ingeniería química - se preocupó Noe.
-Te está tomando el pelo, es por lo de ''tenemos clase mañana''. Ya veréis como el año que viene pasáis de eso y salís igualmente. - le contesto Óscar.
-Así que tenemos aquí a dos ingenieras. Mira que monas. - Dijo Javi.
-¿Y vosotros que estudiáis? - se me ocurrió preguntar aún sin estar segura de querer saber la respuesta.
-Óscar y yo estamos en 3º de arquitectura. - me contestó Julio acercándose un poco. -Y Javi y Ric están en 2º de ingeniería electrónica.

Estuvimos caminando un rato hablando de todo, nos hacían preguntas y nosotros a ellos. Al principio me parecieron un poco creidillos, como me lo parecen todos,  pero luego me cayeron bastante bien. Sobretodo Javi y Julio. Me hacían reír con mucha facilidad.
Estuvimos un par de horas en un pub que empezó a llenarse conforme pasaban los minutos del reloj hasta tal punto de no caber un gato.
Los chicos nos invitaron a un par de copas y acabé pasándome lo de conducir por donde yo sé. La verdad, no sé qué me ocurrió pero estaba tan a gusto con ellos... Que me olvidé de todo. Hasta de la hora que era.
En mitad de la noche salió la canción de Hurt de Christina Aguilera pero pinchada y Julio me sacó a bailar.
Bueno bailar... qué serio suena. Vamos, que nos intercalamos entre la gente y nos pusimos a hacer el tonto un rato. Me invitó a otra copa. ''Una vez que empiezas no paras'' decía mi abuela. Al final iba a tener razón.
Total, que una cosa llevó a la otra y acabé liándome con él.
Me había liado con más chicos antes pero los solía conocer de algún tiempo, o de haber hablado con ellos antes y tal. Me sorprendí a mí misma y más aún a Noelia que, aún teniendo su puntillo, me miraba con cara de ''¿qué leches le pasa a ésta?''.
Volvamos a Julio. Esa noche me lié con él sí, pero ¿y lo bien que besaba? Era suave y sabía bien. Sus labios acariciaban los míos y yo sentía calor. Estaba borracha, de acuerdo, pero eso no quitaba que me gustara. Me acariciaba la cara y yo le cogía el pelo, tan suave entre mis dedos...

-Marta, salgamos fuera. - me dijo al oído con su voz grave.

En esas condiciones lo seguiría a donde me dijera. El alcohol me nublaba pensar y si a eso le añadías una gran atracción física obtenías un cóctel Mólotov imposible de parar.
Al parecer el aire fresco me despejó un poco. Y se me ocurrió mirar el reloj. Las 5am.

-¿Pero qué...?
-¿Ocurre algo? - me preguntó preocupado.
-Es tardísimo. Me van a matar. Nos van a matar. Tengo que ir a por Noe.
-Espera, voy yo y la traigo que tú estando así te pierdes por ahí dentro - me dijo picándome.

Entró por la puerta dejándome sola en la entrada. No sé si eso fue una buena idea. Seguía estando un poco borracha pero por lo menos ahora podía pensar. Me había liado con Julio. Julio. Julio. Julio y sus impresionantes ojos verdes. Julio. Julio. Julio y su boca. Julio. Julio. Julio y sus fuertes brazos. Julio. Julio. Su nombre se repetía en mi cabeza una y otra vez y mi barriga la estaban ocupando seres que me hacían sentir cosquillas.
En ese momento salió por la puerta Javi y se acercó a mí. Iba bastante borracho. Me saludó y se sentó a mi lado.

-Ey, ¿qué haces aquí sola?
-Esperando a que salgan Julio y Noelia. Nos vamos ya.
Se río un poco exagerado.
-¿Qué pasa? - pregunté yo extrañada.
-Te digo una cosa si no cuentas nada.
-De acuerdo.
-Me gustaste a mí antes que a Julio. De hecho fue mi idea la de hablarte. Y luego vas y te lías con él... Me he enfadado con él. Siempre él, siempre él.

Estaba borracho pero sus palabras eran totalmente sinceras. Javi también era muy guapo pero nadie sabe con quién se va a acabar enrollando. ¿O sí? ¿Tenía derecho a pelearse?

-Y yo te digo totalmente en serio que no te pelees jamás con tu amigo por una chica. Y menos por mí. ¿Tú me has visto? - le contesté señalándome.

Le hice reír. Y me besó. Y yo no lo aparté. Javi también besaba bien. Era distinto a Julio, mucho más ligero y fresco. Notaba cómo me subían los colores. Me aparté suavemente de él.
-Marta, ¿qué coño haces? Deja de besarte con la gente, ésta no eres tú. - pensé para mí misma.
-¿Me das tu número? - me dijo más contento.
-Por supuesto, trae que te lo apunte en el mvl.
-Eyyyyyyyyyyyy tía, dónde estabas. - Se acercó Noe.
-Aquí esperándote. - le contesté.

Detrás de ella salió Julio. Mis colores volvieron a subir. Miró a Javi receloso preguntándose qué haría allí y a pesar de eso le echó un brazo por encima de los hombros.

-Deberíamos irnos Noe, es tardísimo. ¿Me puedo quedar en tu casa? Porque he bebido y no pienso conducir.
-Sí, es hora de irnos. Está claro que así no vas a ningún lado así que, ¡qué prosiga la fiesta en mi casa!

Le apunté mi número también a Julio aunque el pensara que era el único y nos despedimos de todos rápidamente. Treinta minutos más tarde estábamos entrando sigilosamente en casa de Noe para no despertar a sus compañeras de piso.
Había sido una noche realmente movida. Salí de mi casa pensando que íbamos un rato de tapeo y acabé de fiesta y acostándome a las 6am. Menuda locura. Menos mal que mañana tenía clase a las 9 y no a las 7.
Empecé a darle vueltas a todo. Me había liado con Julio y me había besado con Javi, todo en la misma noche. Y encima eran amigos. Buenos amigos. Mi cabeza daba más vueltas que una noria.
Julio y Javi. Javi y Julio. Seguía sorprendida de mí misma y mi personalidad estaba un poco confusa en esos momentos. Bueno, mi personalidad y mi persona en general.
Julio. Javi. Julio. Javi. Carlos. ¿Carlos? ¿Por qué apareció de golpe en mi cabeza?

Julio. Javi. Carlos. Y pensando en tres chicos me quedé dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario