domingo, 12 de enero de 2020

Voces.

Ya no sé gritar más alto que algo no va bien conmigo. Vale, no estoy gritando, pero sí pidiendo en silencio ayuda para salvarme.
Que me salven, no.
Ayuda para salvarme.

No aguanto un día más sin saber qué soy. Siempre prisionera en el intento de definirme con respecto a y no en nombre propio. ¿No me escucho? ¿No me atrevo? ¿No arriesgo? ¿O lo hago tanto que me ensordece?

Basta de máscaras. Basta de odios infundados. Basta de mí.
De cara al público nadie me conoce y en mis sombras hay un todo incluido. Un "si te adentras pierdes seguro". Sin embargo, en este estreno no habrá ningún falso protagonista, valiente, que pase de todo aviso y se arriesgue a echar un vistazo. No. Porque no es una película, es una realidad hecha de pedazos oscuros de agujeros negros. ¿Y quién sabe lo que hay dentro de ellos? Ni el mejor científico se acerca mínimamente a la verdad del fragmento. La verdad del caos. La verdad que te desmorona si la escuchas, como un canto de sirena.

Peligros que es mejor no rozar...
O te dejarán sin fuerzas y
sin voz
para gritar.