sábado, 16 de agosto de 2014

¿Buena idea?

He decidido hacer la historia de Marta un poco más interactiva gracias a la idea que me ha dado una amiga.
La historia será interactiva en el sentido de que podréis participar, por decirlo de alguna forma, en ella.

Bueno la idea es la siguiente.

Lo que quiero es que en los comentarios me pongáis frases que queréis que aparezcan en la historia. Y en el siguiente capítulo las introduciré de una forma u otra. Puede decirla la protagonista, la madre, Julio o incluso que salga en la tele. No sabréis en que forma aparecerá pero lo hará tal cual, textualmente. Y la gracia es esa, que tengáis que estar pendientes para ver en qué momento sale vuestra frase y estéis un poquito más 'enganchados' a ella.
También es una forma de saber cómo queréis que sean o hablen los personajes, de ver vuestra opinión de otra forma y crear una historia más amena.
Lo que sí haré será poner una o dos frases por capítulo para que no estén todas en el mismo y se alargue un poco la cosa. Pero ya os lo digo, podéis decirme todas las que queráis y del tipo que queráis (sin pasaros de los límites, claro). Divertidas, de amor, filosóficas, sensuales, bromas... Lo que queráis.

Espero que esta idea os parezca tan divertida como a mí y salga adelante. Además, puede dar lugar a cambiar un poco de rumbo la historia según lo que me digáis. ¡Hasta la próxima entrada!

viernes, 15 de agosto de 2014

5.

Esa alegría mañanera que habían causado los mensajes de Julio y Javi se había marchado al pensar en la pesadilla. Entré bastante cabizbaja a clase y no tardaron mucho en preguntarme qué me pasaba.

-¿Marta? ¿Estás bien? - me dijo Carla.
-Seguro que es de la fiesta que os pegásteis anoche las dos. -Nos señaló Hugo, un chico de la clase que hablaba con quien fuera.
-Estoy bien.
-Ayer te vi muy cariñosa con un chico, Marta. No sabía que fueras así.

Yo seguía en mi mundo pero ante semejante ataque debía contestar. Sobretodo si quien me atacaba era el que peor fama de la clase tenía.

-¿A qué te refieres con eso? Qué pasa, ¿qué aquí el único que se puede liar con otra persona eres tú?

Mi voz se escuchó por encima del resto porque fue uno de esos momentos en los que misteriosamente la gente se calla al unísono y solo se oye a alguien esporádico. En este caso fue a mí.
Algunos se giraron con caras sorprendidas y otros divertidos. Puse cara de vergüenza y alcé un poco los hombros dando lugar a una situación divertida. Mi torpeza volvía a hacerme sobresalir.

Noe me dio un sutil codazo por debajo de la mesa y me señaló con los ojos a la puerta. Carlos entraba en ese momento y se dirigía hacia nosotras.

-Buenos días chicas. - dijo siendo simpático.
-Buenaaaas. - le contestó Carla super contenta.

Me sentía rara viéndolo allí en persona. Era como vivir con... ¿un ser ficticio? Me había inventado toda una historia terrorífica y anoche la relacioné con él añadiendo su cara al chico que veía. Sin embargo, no podía ser borde solamente por haber soñado algo raro. Además era solo eso, un sueño. Una pesadilla mejor dicho. Una que se repetía casi todas las noches. Aún así no podía dejar que un Carlos inventado estropeara una nueva amistad con el Carlos real.

-Buenos días. - contesté finalmente.
-Se os nota cansadas. ¿Qué tal anoche?
-¡Super bien! Es que hemos dormido dos horas solamente jajaja - respondió Noelia. - Y ésta no me veas, triunf...
-Shhhhhhhh. - La corté poniéndome un poco colorada.

Carlos puso cara de extrañado y yo le sonreí para evitar hablar del tema.

Las horas de clase pasaron rápido y sin nada importante que contar. Un día normal entre otros.
Llegó la hora de irse a casa y Carla nos invitó a ver una peli. Rechacé la propuesta porque mi madre me había advertido de que quería hablar conmigo. Además no había pisado mi casa en casi 24h.
Recé porque Carlos sí la aceptara y no me acompañara hasta el autobús en un paseo incómodo. Si le iba a contar mi sueño y de qué me sonaba su cara, antes tenía que pensar bien cómo decírselo para no parecer una completa loca.

-Yo tampoco voy a ir. Pero gracias por la invitación guapa.
Carla le sonrió super contenta. Me estaba dando la sensación de que le gustaba.
-Voy a comprar algo de ropa así que hoy no te acompaño al bus. - se dirigió a mí.
-No te preocupes, de todas formas yo volvía en coche.

Estuve intentando recordar dónde lo había dejado aparcado la noche anterior mientras caminaba en soledad por las calles de aquella magnifica ciudad.
Menos mal que en casa teníamos dos coches porque había dejado a mis padres con un vehículo menos que a lo mejor habrían necesitado esta mañana para ir a sus respectivos trabajos. Aún así estaba la moto de mi padre. Ese no era motivo de pelea. Seguramente lo que mi madre quería reprocharme es que no los avisara de que me quedaba a dormir o de haber dejado el coche en la calle, de no llamarles esta mañana o una mezcla de todas ellas. Con muchísima suerte no me regañaría, con suerte y un milagro. El caso es que habría pelea nada más llegar. Odiaba cuando me regañaban por algo que había hecho.
Yo solía reconocer las cosas que hacía mal cuando realmente las hacía, pero tenía ya una edad como para andarme con tonterías. La norma de avisar en todo momento de a dónde vas y con quien es un control que quieren ejercer nuestros padres y que no veo para nada necesario en el momento en que cumplimos dieciocho. Bueno, pues no lo entendían. A mí no me importaba contarles lo que había hecho o con quién había estado pero ¿todo? ¿Y siempre? Es decir, si algún día salía con un chico y no quería que ellos lo supieran tendría derecho a no contarlo. Para mí eso era la intimidad y obviamente no tenía. Tal vez no había tanta confianza entre nosotros como pensaba.
Aún así estaba clarísimo que me pensaba guardar ciertas cosas. Y de esta noche más. De Julio ni una palabra a mi madre por el momento y menos aún a mi padre. Se volvería loco con solo pensar que he besado a alguien del sexo opuesto. 'Secreto profesional' me dije. Bah, estaba demasiado sobreprotegida por ser hija única.

-Ya estoy en casaaaaaaa.
-Hola cielo. - Escuché la voz de mi padre.

Mi madre se acercó por el pasillo. No parecía cabreada. A lo mejor en tanto rato se habían calmado las aguas.

-¿Qué tal anoche? - me preguntó.
-Muy muy bien. De verdad.
-¿Con quién estuviste?

Ya estábamos con el interrogatorio.

-Con Noelia, mamá. Te lo dije ayer.
-¿Y ya?
-Sí mamá. Y ya. Se nos alargó la cosa porque me estuvo contando algunas de sus historias mientras bailábamos en un pub y eso.
-¿Pero no ibais de tapas? ¿Cómo es que no has vuelto a casa ésta noche?
-Porque en el pub nos invitaron a una copa y sabes que no pienso conducir si he bebido. ¿No es eso lo que quieres? Luego te quejas de que no soy responsable pero preferirías que viniera a quedarme con Noe.
-Yo no he dicho eso. Me gusta saber dónde estás. Algún día lo comprenderás.
-Sí, algún día.
-Y sabes que no me gusta que te inviten a copas. Nunca sabes qué te pueden echar ahí.
-Vuelta al tema. Mamá que fue el camarero. - mentí - Si la hubiera pedido yo me la habría dado igualmente él. Así que déjalo. Perdóname por no avisaros de que me quedaba a dormir pero ni sabía a qué hora volvíais a casa ni sabía si dormiríais cuando quería llamar. Al final decidí no hacerlo y ya está. Estoy bien, ¿ves? Así que tranquilízate. -finalicé la conversación dándole un beso.

Me fui a encerrarme en mi cuarto. Encendí el ordenador y puse una playlist de rock en modo aleatorio. Estaba enamorada de aquella lista de reproducción. Todas las canciones me encantaban. Todas.
Primero salió Queen con su 'Another One Bites The Dust' y después Guns N' Roses con 'November Rain'. Una tras otra y todas las cantaba con un ánimo impresionante. Esa música era total.
Tras ordenar un poco la ropa de mi habitación caí en que Noelia tenía en su piso mi camisa y le mandé un whatsapp.

''Traeme mñana a clase la camisa x favor. Yo te llevo la tuya''
Me contestó casi al instante.
''Eso está hecho. La peli está genial, q pena q no estés'' 

Al minuto volvió a sonar el pitido del whatsapp. Pensé que era Noe otra vez o Carla para chincharme de lo bien que lo estaban pasando. Pero no acerté. Era Julio. No me esperaba para nada que me hablara y tal vez por eso me sorprendí más. ¿Un mensaje por la mañana y otro ahora? Le había interesado más de lo que pensaba.

''Hola guapa, q tal? Espero q hayas tenido un buen dia''
''Bueno, mi humor cambia por momentos. Mi madre se ha preocupado pq ayer no la avise de q n dormia en casa. Adivina qn fue el causante ;)''
''Me echas las culpas? Jajaaj. Si se preocupa es q es buena madre. 
Quieres q quedems y hablamos o hacemos algo??''

No sabía qué contestar. Era posible que mi madre no me dejara salir otra vez esta noche. Tenía que inventar alguna excusa y era malísima para eso. Qué pena que la imaginación no fuera un rasgo que me caracterizara.
Lo que sí podía hacer era avisar a Natalia, la hija de una vecina con la que a veces salía al parque de al lado para escapar de nuestras respectivas casas. Nos juntábamos con otras dos chicas y comíamos pipas mientras debatíamos sobre amigos, música, ropa, series o cualquier otro tema de la gente de nuestra edad.
Al final hice eso. Me debía una. Gracias a mí pudo salir una noche con nosequién mientras sus padres pensaban que estaba conmigo viendo una película. La única norma que teníamos en estos casos era no contarnos más de la cuenta por si nos pillaban. Así ninguna se iría de la lengua. Era un buen trato. Y efectivo por ahora.

''Julio, tienes coche? Tengo una idea.''

Una vez mandé el mensaje me pareció que tenía un tono algo picarón y no iba para nada con esa intención.

''Sí xd. Q tnes pensado jajaj?''
''Quieres venir a recogerme a las 11? Pdemos dar una vuelta o hacer algo un rato.''
''Allí estaré ;)''

La verdad es que tenía ganas de quedar con él. De volver a ver sus ojos. Volver a notar sus brazos. Y sobretodo su boca. Tan suave y cálida. Estaba totalmente atrapada por él. Y quedábamos por segunda vez. Sabía que no debía hacerme ilusiones ni pensar en volver a besarle o liarme con él. Pero es que no habían pasado 24h y ya estábamos quedando de nuevo. ¿Significaba eso que entre nosotros había algo más o era una simple atracción física?
Iba dispuesta a fijarme mucho más en él, en cómo actuaba, cómo vestía, cómo hablaba. Y empezaba a ser consciente de que me podía enganchar muchísimo.
Me vestí con unos vaqueros estampados de flores y una camisa granate. Era un buen look. Normal pero mona.
Y antes de salir por la puerta me autodi dos consejos. El primero, que debía regalarme más oportunidades como aquella. Me apetecía tener a alguien especial en mi vida con quien compartir más que una amistad. Y el segundo, que no me flipara y me hiciera ilusiones antes de tiempo.

-Atiende y valora las oportunidades que te quieres dar pero sin emocionarte demasiado. - me dije.

Llegué al parque a menos cinco y ya estaba allí con su coche. Era un chico puntual, punto a su favor.
Me subí en la puerta del copiloto y lo fui a saludar con dos besos en la mejilla. Él vino a saludarme con uno en la boca.

-Vaya, primer momento incómodo de la noche. - protestó.
-Y divertido... A mí estas cosas me divierten. - intenté alegrarle.
-Pues sí que eres optimista. Me gusta. ¿A dónde quieres que vayamos?
-Tienes un par de horas para llevarme a cualquier sitio.
-¿Al huerto también? -bromeó.
-Ey, no te confundas de camino.
-Era una broma. Perdona. Tengo el sitio perfecto. Y creo que te va a gustar.
-Sorpréndeme.


Me dejé llevar sin tener ni idea de a dónde íbamos pero estaba a gusto. En la radio sonaba ECDL.
Otro punto a su favor. Y otro más por ser la canción de 'La suerte de mi vida'.
Qué pasteloso se estaba volviendo el momento coche, ¿no? En el fondo estaba encantada y no podía negarme a mí misma que era una romántica empedernida que disfrutaba con estas cosas.
Lo observé en silencio mientras conducía. Era guapo, muy guapo. Iba tarareando la canción y eso lo hacía sexy. Si además uníamos su barbita de unos días... estaba irresistible. Otro punto.
Llevaba puesto unos vaqueros negros y un polo verde de marca. Nada más y nada menos que Lacoste. ¿Qué era eso? Ah, otro punto. A este ritmo tendría tantos a su favor que sería imposible contrarrestarlos en la balanza con algo ''malo'' que tuviera.

-Te gusta vestir bien por lo que veo.
-Vaya, qué observadora.
-Sólo con lo que me interesa - intenté ser picara mientras le sonreía.
-Vas muy guapa. Bueno, eres muy guapa. - dijo apartando un segundo la vista de la carretera y mirándome a los ojos.
-Gracias.

Me sonrojé. Me gustaba bastante y solo lo conocía de una noche y unos minutos. Esta tontería se estaba volviendo más importante de lo que parecía que iba a ser.
Miré por la ventana. Ni idea de dónde estábamos.

-Ya llegamos, tranquila.

No tenía prisa en realidad. Me sentía genial. Sin saber a dónde iba, sin presión. Con buena música y con un chico guapo. Quería parar el reloj para vivir ese momento más despacio, que durara más o que no pasara. Estaba feliz. Y sin pensar en Carlos y en mi pesadilla.