miércoles, 30 de marzo de 2016

Ven de una vez por todas a resolverme las dudas y pronuncia a oscuras si me condenas tuya o me dispersas libre.
Decide si prefieres huracanes en tu pecho o ecos de lo que no fue.
Juntos podemos ahuyentar al frío y alimentar un jardín de flores, pero me parece que tú eres más de devastadoras soledades.

Déjame descender entre caricias para rescatar tu alma de esa muralla en que la encierras, presa, evitando su vuelo y tornándola gris.
Con lo bonitos que son los colores...
...Y la vida que le dan a tus ojos si les dejas hacer en manos ajenas.

Tampoco niegues que nunca quisiste probar a qué sabía el rojo.

A pesar de todo, tú eres tú sobre todas las cosas, no dejes que nadie te influya, que prefiero pensarte de lejos sabiéndote mío a respirarte a un palmo teniéndote ausente.

jueves, 24 de marzo de 2016

A mi corazón deshecho.

Maldito corazón inquieto
que me llenas a cada latido
de ganas de volar
—sin desplegar las alas—.

Te embobas y nos vuelves torpes, dando pasos sin saber la dirección, solo seguros de a dónde deseamos llegar.

Te flipa poder quitarle la razón a quien por nombre ya la lleva, y tal vez la tengas, pero no te empeñes en pintar de rojo todo el arcoiris. Es imposible, su esencia ya es otra. Y mira cómo acabas.

Tú, que te riges por impulsos física y emocionalmente, bombea de nuevo, hazte fuerte y recupera lo que es tuyo, aún te guardo el hueco que mereces en mi pecho.