martes, 3 de febrero de 2015

Heridas invisibles.

Lágrimas que queman y a su paso dejan a un rostro marcado de heridas invisibles que solo el corazón siente. Y el alma.
Que son difíciles de superar y aún así te insistes a ti misma 'eh, ésto va a pasar, estoy segura'.
Y te rozas la piel en los lugares en que sientes rasguños, en los lugares en los que crees estar rota, esos que los demás ni ven ni aprecian.
Nadie sabe qué sucede pero todos quieren hablar.
Les da igual si lloras un poco más o un poco menos. 'Es su vida' dicen, 'que se las arregle'.
Y nadie se para a pensar en que lo único que necesitas es a alguien que te dé confianza, un palo nuevo al que agarrarte en pleno mar, un salvavidas que te proteja de la marea nocturna, un chaleco antibalas en pleno tiroteo.

Solo un poco de confianza, un poquito de amor y una pizca de fe.
Parece una receta fácil y en cambio no lo es, siempre acaba faltando algún ingrediente...

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