viernes, 22 de marzo de 2013

¿Mala suerte?

Tener mala suerte en pequeños aspectos puede llegar a jodernos mucho, ¿verdad?
Sí. Yo lo corroboro. Podemos llegar a plantearnos incluso por qué somos así de desgraciados. Empiezas a relacionar la mala suerte que has tenido ese día con los ya pasados. Relacionas los hechos con otros que recuerdas y, finalmente, llegas a la conclusión de que parece que todo lo malo, siempre te pasa a ti.
Convencido de esto, llegas a casa, maldices a cualquiera que pase por delante mientras piensas que le podía haber ocurrido a cualquier otro y, en cambio, te ha tenido que tocar a ti.
¡Qué desgraciado eres!
Y ahora dime, ¿de verdad piensas eso? Yo creo que no.
Me explico.
Yo soy la primera persona que en cuanto le ocurre algo malo piensa en lo desgraciada que es. ''¡Maldita seas!'' llego incluso a decirme a mí misma. Pero luego pienso en lo realmente equivocada que estoy. ¿Cómo voy a ser la persona más desgraciada del mundo existiendo males de mayor dimensión al mío? Es decir, en África miles de personas se mueren todos los días de hambre, en otros países obligan a niños y jóvenes a luchar en guerras y a manejar armas sin importar lo que pase, todos los días muere alguien en el mundo víctima de asesinato, una persona tiene un accidente de coche por culpa de otr@ que ni siquiera se ha molestado en pensar en su alrededor. ¿Es que acaso esta gente no es muchísimo más desgraciada que tú y que yo?
POR SUPUESTO QUE LO SON. Y no los tenemos en cuenta. Es más, a veces, ellos parecen hasta más felices que nosotros. Y cuando llego hasta aquí me da rabia. Me doy rabia a mí misma y me odio por pensar que puedo ser desgraciada. ¡Vivimos en puto mundo materialista que nos ha hecho así! Tenemos todo lo que queremos y cuando lo queremos. Somos libres, en cierta medida, podemos comprar cosas, tenemos una familia, podemos salir con los amigos, vestirnos con buena ropa, comer bien, estar relativamente tranquilos de que no nos va a pasar nada malo con salir de casa, podemos ir a la escuela, salir de fiesta. Y en cambio en otros lados, no pueden. ¿Llegarán incluso a plantearse cosas de éstas?
En serio, deberíamos valorar un poco más lo que tenemos y cuándo creamos que somos desgraciados o que tenemos mala suerte, deberíamos compararnos con gente que está peor y no tienen ni la mitad de facilidades. Y yo soy la primera que debería aplicarlo.
Así que, sal a la calle, alegra esa cara y empieza a vivir la vida como si fuese el regalo más maravilloso que te  hayan hecho nunca y sin importar nada malo de lo que pueda pasar.

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