Pronuncias la palabra volver como si te resultara fácil.
Sabes que no, que ni yo soy capaz de irme lo suficientemente lejos como para olvidar, ni tú de acercarte despacio a acariciarme las heridas. Y mira que rozaste de cerca mi corazón -del pulso ni hablo porque todo el mundo entiende que te pertenece por completo-.
Si te vuelvo a ver, recuérdame que no tenga la valentía de mirarte a los ojos ni de pasearme por tu sonrisa, que una vez ya fue suficiente.
Mis sentidos están averiados desde que tu aroma decidió no abandonarme ni un instante y mi pensamiento se estrella con todas las esquinas de la barrera imaginaria que le encierra.
Y es que lo que se rompe dos veces por el mismo sitio difícilmente se arregla. Y tú me has roto a mí no solo una, sino a cada rato que me respirabas de cerca.
No lo consigo, y dudo si lo haré, pero mientras lo intento por doceava vez, decidiré si es mejor tapar los desperfectos para autoengañarme o rendirme una vez más a tus jodidos encantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario